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Ha transcurrido un año desde la campaña electoral local, y por tanto desde la inauguración de la ciudad deportiva de Espartales. Desde entonces, todo sigue igual. La ciudad deportiva, cerrada a cal y canto está envejeciendo sin ni tan siquiera haber sido estrenada. Los problemas en que derivó la inauguración de dicha ciudad deportiva – junta electoral mediante-, no fueron sin duda, un buen augurio de lo que se avecinaba.

En Septiembre, 4 meses después de haber sido inaugurada, el pleno de la corporación pidió a la Comunidad de Madrid que entregase las instalaciones con una gestión publica. Sin embargo, días después, el alcalde de Alcalá, desoyendo lo aprobado en el pleno, anunciaba que pediría que las instalaciones se entregarán funcionando y con un sistema mixto de gestión.

El caso es que ya ha transcurrido un año, y por unas causas u otras, somos los alcalaínos los únicos perjudicados de una situación que lo único que repercute es en el envejecimiento prematuro de las instalaciones. Sin uso no hay conservación, y aunque, de vez en cuando, alguien se dé una vuelta, eso no significa que las instalaciones estén mantenidas conforme las especificaciones indicarían para unas instalaciones que incluyen piscina cubierta.

Las administraciones y los partidos políticos deberían ponerse de acuerdo para conseguir que nosotros, los vecinos podamos disfrutar de algo tan sencillo como nuestros impuestos.